sábado, 15 de febrero de 2020

AVENTURA EN CUEVA SANTA (MONDA)


Este sábado ha sido genial, mis papas nos han llevado a mi hermano Finnlay y a mí a Cueva Santa, en Monda ¡Menuda aventura!



Han venido varios amigos de mi hermano con sus papis y sus mamis y la verdad es que nos lo hemos pasado la mar de bien. Sobre todo, yo, que he ido todo el tiempo pegadito a mi mummy, que se está muy calentito y muy cómodo, acoplado en mi marsupio.



Ha hecho un día fabuloso, casi primaveral y he tenido la oportunidad de tener muchos estímulos a mi alrededor. He visto un camino lleno de piedras que hacían clock-clock-colk cada vez que lo pisabas y donde había árboles como olivos y pinos, algunos muy grandes; he olido por primera vez los diferentes olores del monte y he podido oír también a muchos animalitos, sobre todo pájaros, que salían espantados cuando veían venir aquella recua de niños y padres. Y me ha molado muchísimo una fuente de aguas cristalinas que nacía de una roca. Mi padre me ha dicho que era la fuente de la Palma y nos ha mostrado en el interior del pilar unas pequeñas crías de salamandra. 



La verdad es que el camino se nos ha hecho un poco largo, pero los niños nos hemos divertido mucho porque nos gusta el campo, los bichos y descubrir cosas nuevas ¡Nos gustan las aventuras!



Por fin, tras otro ratito de caminata, llegamos a nuestro destino, Cueva Santa, ubicada en una de las laderas de la sierra de Canucha. Dentro, además de sentir que hacía más frío y humedad, había un mundo maravilloso y oscuro, donde unas enormes columnas de piedra colgaban del techo y en la que encontramos a un pequeño murciélago echando un buen sueño colgado de sus patitas ¡Lo he flipado! ¡Todo era extraño y nuevo para mí!¡Todo era sorprendente!








Como llevábamos un buen rato caminando, nos entró hambre. Así que salimos y montamos nuestro picnic en una pequeña explanada cubierta por un manto verde y acolchado. Mis papis me dijeron que era hierba y no podía evitar acariciarla con mis manitas y atraparla con mis dedines porque me resultaba muy agradable. 





Finalmente, no pudimos ver el troll que vive en la cueva. Mi padre nos dijo que es muy tímido y que prefería darse una vuelta. Nos ha dejado ver su "casa" con la condición de que no hiciéramos ningún daño y respetáramos a los animalitos e insectos que también viven allí. Ya cansados de nuestra aventura, pusimos rumbo a Monda, donde nos esperaba la bañera, la cena y una cuna calentita donde llenar mis sueños con las emociones y los momentos felices del día. 


HOLA, ME LLAMO HÉRCULES

¡Hola a todos! ¡Me llamo Hércules! Soy un niño con Síndrome de Down de Monda (Málaga) que ha tenido la suerte de caer en los brazos ...